Faber-Castell conmemora el Día Mundial del Lápiz 2023
Subtítulo Este 30 de marzo se rinde un homenaje a uno de los objetos más utilizados de planeta. Gracias al lápiz, el ser humano a conseguido expresar todos sus pensamientos en papel. Hasta 1860 fue cuando Lothan von Faber lo patentó.

Los escritores de todo el mundo lo han utilizado para volcar sus más íntimos pensamientos, los poetas escribieron con él románticas misivas de amor, e incluso ha servido para firmar importantes documentos.

Y la creación que sirvió para acercar ciencias, letras y artes, tiene más de 300 años. Vio la luz por primera vez en un poblado de Baviera (Alemania), alrededor de 1750. No fue, sin embargo, hasta 1860 cuando Lothan von Faber lo patentó. La continuidad se debe a su nieta y heredera, la baronesa Ottilie von Faber, se casó con el conde Alexander zu Castell-Rüdenhausen, perteneciente a una de las familias aristócratas más antiguas de Alemania. 

Castell 9000 Jumbo graphite pencil, 2B

Además, con la cantidad de lápices que fabrica al año, se podría superar la distancia entre la tierra y la luna. En total se producen unos 2.200 millones, hechos de madera. No solo puede trazar una línea de 56 km de largo, también escribir un promedio de 45 mil palabras. 

Curiosidades

El lápiz más antiguo del mundo se encontró durante un trabajo de renovación de una casa, también en Alemania. Databa del siglo XVII y fue hallado en la viga de un techo de un edificio antiguo, donde un carpintero lo había olvidado. Estaba hecho de madera en bruto y actualmente se encuentra en la exposición histórica del castillo de Faber-Castell en Stein, también Alemania. 

Castell 9000 graphite pencil, Art Set, tin of 12

Por supuesto y como no podía ser de otro modo, el lápiz también tiene sus propios récords. El más grande, por ejemplo (establecido en el Libro Récord de los Guiness), mide un total de 19 metros aproximados, y es una atracción de la oficina de Faber-Castell en Malasia.

Este día también se conmemora el cumpleaños de Vincent van Gogh, quién nació en 1853, y fue uno de los primeros fanáticos de los lápices de Faber-Castell. Fue también la misma firma la que decidió impulsar esta fecha para darle valor a este instrumento. Un objeto de uso cotidiano, quizá complejo por su sencillez: nos recuerda que en la vida, aunque se comentan errores, siempre hay una goma de borrar para solucionarlos.