La clave secreta es KAPLAN. Y las pruebas irrefutables de la misteriosa relación entre el cine y el Hotel Plaza comienzan con un secuestro. El de Roger O. Thornhill (por cierto, la “O” nunca significó nada para un publicista), un suceso que, haciendo uso de la elegancia del excelso Cary Grant y conociendo el perfil arzobispal de Alfred Hitchcock, no fue más que un macguffin de esos del maestro del suspense, un ardid, una maniobra de distracción para poder instalarse en el magnífico albergue que abre las puertas de Central Park mientras rodaba ‘Con la muerte en los talones’.
La estrecha relación entre el Hotel Plaza y el cine está plagada de curiosidades y anécdotas para el recuerdo desde su apertura. También millonarios, ‘celebrities’ y músicos (por ejemplo, los Beatles se alojaron en el hotel durante su primera visita a Estados Unidos en febrero de 1964) han mostrado su admiración por el hotel.
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