HUGO SÁNCHEZ (1958) Delantero
No diga Hugo, diga gol. Ha sido el mejor jugador mexicano de todos los tiempos. Reconocido en México e idolatrado en España, pasó por los dos equipos de Madrid, el Atlético, donde lo adoraron, y el Real Madrid donde todavía se recuerdan sus chilenas y sus volteretas. Ganó diez títulos con el equipo blanco y cuatro trofeos Pichichi al máximo goleador. En sus botas hay más de 515 goles y ha sido declarado uno de los grandes deportistas del siglo en México. Estudiante de la UNAM, es uno de los emblemas del Pumas. Llegó a anotar 107 goles en una temporada.
FERENC PUSKÁS (1927- 2006) Delantero
Este húngaro que vino del frío calentaba los partidos con goles. Dicen que puskás, con acento en la a, significa “escopeta” en húngaro, y algo de arma de destrucción masiva tenía su chut. Alguien le apodó Cañoncito Pum por la eficacia de sus goles. Cruzó el muro de Berlín en plena Guerra Fría y dejó el frío Budapest por el calor del Bernabéu; con 31 años llegó a tiempo para triunfar. En la final de Copa de Europa contra el Eintrach de Frankfurt metió nada menos que cuatro goles. En esos escenarios aparecen los campeones. Aprendió español leyendo las novelas del oestes de Marcial Lafuente. Entrenaba en un campo de tierra al lado del Bernabéu y los estudiantes de la zona se saltaban la clase para ver a escondidas entrenar a Puskás, Gento y Di Stefano. Un lujo. Allí descubrieron, como dice Joaquín Estefanía, que su pie izquierdo era tan hábil como la mano de Picasso. Antes había vivido una historia triste entre los tanques del stalinismo de Hungría, jugando en la calle. Fue hasta el final que el futbol le abrió la puerta a este delantero y cambió los tanques por cañonazos, alguno de gran impacto, como cuando ganó a Inglaterra con Hungría en el mismo Wembley.
JOHAN CRUYFF (1947- 2016) Volante ofensiva
Con él llego el color a las televisiones y al futbol, en aquel recordado Mundial de Alemania en 1974, donde la Copa fue para los germanos pero la gloria para Holanda. Una generación de estrellas como Neeskens o Cruyff habían enamorado al mundo con un futbol nuevo, el llamado futbol total: arriba, abajo, todos participaban, todos hacían espectáculo. Pero entre los líderes estaba Johan Cruyff, el primer galáctico de la historia que dejó el Ajax por el Barcelona. Sus 14 millones de pesetas al año harían reír a Beckham o Ronaldo, pero en los años 70 era una fortuna. Dicen que desde la selección holandesa, con La Naranja Mecánica, y luego con el Barcelona, dio vida al futbol moderno. También es el padre del Barcelona glorioso que hoy conocemos; sin duda Guardiola y sus seguidores en el banquillo del Barça son herederos de ese futbol posesivo y alegre que se jugaba en todas las partes del campo. Fumador y conversador, sus palabras pusieron racionalidad al mundo del balón. Un carácter fuerte para un líder que daba lecciones en el campo, en el banquillo y en la sociedad.
LEV YASHIN (1929- 1990) Portero
El gran portero universal. El ruso Lev Yashin fue conocido como la Araña Negra. Para muchos, fue el hombre que cambió lo que significaba estar bajo los palos. Campeón de Europa, jugó tres mundiales y ahora la Copa del Mundo Rusia 2018 le rinde homenaje con su imagen en el póster oficial del campeonato. Fue siempre fiel a un equipo, el potente, el Dinamo de Kiev, donde jugó 326 partidos con 270 dejando en cero la portería. Su figura espigada, vestida en completo negro y estirada al máximo, le valieron su sobrenombre y hoy es un mito entre los jóvenes futbolistas rusos y entre los grandes porteros del mundo. Su pelo engominado y su aspecto de estrella alejó la imagen de demonios que se tenía en Europa de todo aquello que provenía del telón de acero. En el patio de una fábrica de armamento veló sus armas como portero y alcanzó, antes que ninguno desde ese puesto, el balón de oro. La Araña será recordada este verano en Rusia 2018, porque su sombra, como su mano, es alargada.
ALFREDO DI STEFANO (1926-2014) Delantero
La saeta rubia. El balón se le pegaba la piel como a nadie en el mundo. Su acento, su carisma, su sabiduría en el campo le hicieron líder del equipo líder. Gracias a él, el Real Madrid entró en la historia con cinco copas de Europa. Ironías del destino: nunca jugó un Mundial, pero si existiera un altar para los tres mejores jugadores del mundo, un lugar es para Di Stefano. Jugó 396 partidos oficiales y marcó 308 goles. Empezó su carrera en el River Plate y tocó la gloria en el Real Madrid, donde debutó con 27 años. Su compatriota Valdano dijo que completó dos carreras, una en Argentina y otra en España. Fue el primer jugador cinematográfico: cada uno jugaba en un puesto y nadie invadía otras zonas, él regaba el campo con sus juegos y quienes tuvieron la suerte de verlo saben que era de un protagonismo y un liderazgo incomparables. Le costó dejar las canchas: fue presidente de honor del Real Madrid y alcanzó importantes éxitos como entrenador. Sin duda, hablamos de una estrella irrepetible.
FRANZ BECKENBAUER (1945) Mediocentro ofensivo
Elegante, poderoso, autoritario y respetado, por eso recibió el sobrenombre de El Káiser, un líder dentro y fuera del campo. Cuando los niños lo vieron jugar ya no querían ser delanteros, mejor líbero, como decían entonces, o defensa central: el amo y señor del castillo. Capitán del potente Bayern Munich, es de los pocos futbolistas que consiguieron el campeonato del mundo como jugador, en Alemania 74, y como entrenador en Italia 1990. Fue presidente del Bayern Munich y su elegancia en el campo todavía se recuerda repartiendo juego, como un presidente reparte puestos ministeriales, secretarías y responsabilidades. Muchos lo admiran como futbolista pero no como gestor. Fue el capitán de la mejor Alemania, que en México jugó con el brazo en cabestrillo, lesionado. Volvió a México al mundial del 86, ahora como entrenador y colocó a su país en la final. Su duelo con Cruyff fue uno de los más apasionantes del futbol entre los 70 y los 80: dos estrellas luchando por el cetro del mejor jugador. Dos maneras de ver el futbol, pero no queda duda de que la elegancia de Beckenbauer quedó en la memoria de los apasionados del deporte.
ANTONIO CARBAJAL (1929) Portero
Éste es un portero único del futbol internacional. Nacido en la Ciudad de México, conocido como La Tota desde su infancia, jugó cinco mundiales. Era una estrella incombustible. Inauguró el templo de Maracaná en Brasil y se retiró en Wembley. Su primer sueldo fueron ocho balones. Empezó en el Club Oviedo y fue guardameta del Real Club España. Internacionalmente, debutó en 1948 en Brasil y dejó los guantes el primer día que se los puso, en 1966 en el mítico estadio de Wembley. Recientemente, la FIFA le rindió un homenaje, pues La Tota es historia de la Copa Mundial: vistió la camiseta con el número 1 durante cinco campeonatos. Sus comienzos fueron humildes, jugando cascaritas en la calle, donde su hermano fue atropellado. Desde entonces le prohibieron el futbol y él decidió ser arquero, así que cuando llegaba su padre y lo veía, escapaba de la regañina. En su primer equipo, el Oviedo, había otro portero de postín, el compositor José Alfredo Jiménez. Ambos alcanzaron la gloria, uno bajo el arco y otro en el escenario.
BOBBY MOORE (1941-1993) Defensa
Con apellido de actor de 007, era toda una estrella, pues imponía su orden con la habilidad de James Bond. Caballero del imperio británico, dio glamour al mundo del futbol, hasta entonces acostumbrado a aguerridos luchadores sobre el campo. Fue el capitán de la selección de Inglaterra cuando ganó el mundial en 1966, de manera que compartió estrellato con los Beatles por Europa. Hombre de equipo modesto, pero con clase, fue primero del West Ham y luego de Fulham. Fue contemporáneo de su alter ego, George Best, aunque representaba todo lo contario, el exceso y el escándalo. Con Pelé formó parte del equipo elegido para la película Evasión o victoria y fue de las primeras figuras del futbol que se convirtieron en estrellas publicitarias, un antecedente de Beckham. La leyenda que pasó a mito con su muerte prematura por un cáncer de colon a los 51 años.
Su visión de la línea defensiva era un prodigio. Incluso Pelé reconoció que era el mejor defensa con el que se había encontrado en toda su vida deportiva.
DIEGO ARMANDO MARADONA (1960) Mediocampo
La pelusa es tan grande que su futbol ya no cabe en el campo, se extendió a la novela, la fantasía, el cine, la canción, la prensa del corazón, los bares de copas y hasta los documentales, cuando quisieron analizar quien metió el mítico gol que el propio Diego Armando dijo: “Fue la mano de Dios”. Lo importante es que su futbol sigue siendo referencia, fue la estrella no invitada al Mundial del 78, pero en el 86, en México, él mismo se puso a la selección argentina al hombro y se llevó el mundial. Criado y crecido en la bombonera de Boca Junior probó fortuna en el Barcelona, pero las lesiones y la suerte no lo respetaron, tuvo que ir más al sur para ver la gloria, otra vez, desde Nápoles.
Otra heroicidad: hizo al modesto equipo campeón y todavía no se olvida. Dicen que licuó la sangre de San Genaro, y todo lo que hacía parecía milagro. Sólo le regateó la maldita coca, que hizo un caño en su vida y en su mente. Dio tumbos como entrenador y como personaje, pero su leyenda está intacta y todavía resuena su gol en el estadio Azteca.
Para muchos este Dios no tiene sustituto. Como señaló su compatriota Valdano: “Tener a Maradona es tener un milagro que se repite cada partido”.
EUSEBIO DA SILVA FERREIRA (1942- 2014) Delantero
La gran estrella del futbol portugués nació en África, donde su juego y sus goles llegaron a oídos de la directiva del Benfica, que lo fichó y lo convirtió en una de las grandes estrellas del mundo, balón y bota de oro. Con su equipo ganó la copa de Europa ante el mismísimo Di Stefano. De origen humilde, trabajaba en el ferrocarril en lo que hoy es Mozambique.
De niño se saltaba las clases para jugar futbol y quedó huérfano a los ocho años. Se tuvo que ganar la vida a patadas y en Portugal fue un ídolo que marcó 317 goles en 301 partidos. Fue conocido como La Pantera Negra y La Perla Negra; su juego y su fuerza colocaron a Portugal en el mapamundi del futbol. Después de su larga carrera en Portugal, jugó en varios países como Canadá y México, donde recaló en Monterrey. Vino a reforzar la delantera de los rayados, pero las lesiones le impidieron tener continuidad. Fue una de las primeras grandes estrellas del futbol que llegaron a México. Su capacidad goleadora hizo sombra al mismo Pelé, que no dudó en reconocerle entre las grandes estrellas del futbol mundial. Falleció en 2014, pero es un ídolo inmortal.
MICHEL PLATINI (1955) Centrocampista
Francia apenas había entrado en la historia del futbol. Ellos preferían el ciclismo, con su Tour de France, pero en los años 70, Francia se asomó al Mundial y se convirtió en la alternativa al liderazgo de Alemania e Italia. En la Juve fue un ídolo y todavía se recuerdan sus paredes con otros jugadores en cualquier rincón del campo. Era un delantero camuflado, un líder no cuestionado. Sus lanzamientos de falta también eran un prodigio. Tres balones de oro, rey de Europa, cambió los terrenos de juego por la política y los despachos de la UEFA, pero antes vivió la trágica final de Heysel que nunca debió jugarse: 39 muertos en la grada por avalancha, Copa de Europa con el Liverpool y gol de Platini de penal que decide la copa.