1. Ford Nucleon (1958)
Su imagen llama la atención, pero no es lo más extravagante del modelo: en la zaga montaba un pequeño reactor nuclear que funcionaba por fusión utilizando uranio enriquecido como combustible.
2. Plymouth Voyager 3 (1989)
Los monovolúmenes no gozan de mucha popularidad en este momento, pero en los noventa su relevancia era mucho mayor. Chrysler quiso imaginar cómo sería su futuro y creó un modelo con una estructura dividida en dos partes, con la trasera formando una suerte de remolque que quedaba integrado en la delantera. Delante podían ir tres ocupantes y detrás, otros cinco.
3. Toyota EX-II (1969)
Toyota desarrolló toda una serie de prototipos bajo el apellido ‘EX’, pero seguramente el II sea el más peculiar, puesto que adelantaba un coche urbano, de naturaleza eléctrica y con un diseño de lo más atrevido para su época.
4. DS X E-Tense (2018)
DS creó un vehículo asimétrico que, cortado longitudinalmente, por una parte es un cupé y por otra un descapotable. Se trata de un prototipo 100% eléctrico que normalmente desarrolla 540 CV de potencia, pero que en el modo circuito alcanza los 1.360 CV.
5. Citroën C-Buggy (2006)
La visión de un buggy futurista por parte de la marca francesa, con diseño redondeado y prescindiendo de elementos como las puertas o el parabrisas. Montaba un motor de 155 CV y tenía tracción a las cuatro ruedas.
6. Seat Proto C Concept (1989)
A finales de los ochenta y principios de los noventa, Seat presentó una serie de prototipos de los que derivaron tanto el Toledo como la segunda generación del Ibiza. Pero si el primero era bastante similar al modelo de producción, el segundo lucía una imagen bastante futurista y con unas proporciones que casi le acercaban más a un monovolumen que a un utilitario.
7. Renault Espace F1 (1994)
El Espace era un monovolumen muy popular en aquella época y Renault tuvo la idea de crear una versión movida por el motor del Williams-Renault FW15C de Fórmula 1, otorgándole una mecánica que entregaba hasta 800 CV.
8. General Motors Firebird (1953)
En la década de los cincuenta el mundo del automovilismo se fijaba en la aeronáutica, lo que quedó plasmado en muchos diseños. Se llegó al extremo en casos como el Firebird, más próximo a un avión que a un coche y que utilizaba una turbina como motor.
9. Lancia Stratos Zero (1970)
El Lancia Stratos de producción ya era un modelo que destacaba por su afilada imagen, pero el prototipo del que derivó llevaba el concepto hasta el extremo, puesto que solo tenía una altura de 84 centímetros.
10. Mercedes-Benz VRC Concept (1995)
Mercedes-Benz decidió crear un coche que, en realidad, era un cuatro en uno. Contaba con una carrocería cuya parte superior era desmontable y permitía acoplar hasta cuatro alternativas diferentes para convertirlo en descapotable, sedán, pick-up y ranchera.