Pequeña pastelería de mamá (Valencia)
Un lugar familiar que busca los recuerdos de la cocina de la abuela, de las reuniones familiares o de las fiestas. El uso de ingredientes de primera calidad junto con la sencillez y el uso de técnicas tradicionales perfeccionadas dan lugar a esta pastelería, dónde prima la calidez y el buen hacer. Ubicada a un paso de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, esta pastelería creativa destaca por sus tartas de fondant, cupcakes, cafés gourmet y tés del mundo.
Pomme Sucre (Gijón)
Desde el panettone y el croissant, hasta las milhojas, Pomme Sucre propone un exquisito surtido de alta pastelería gracias a la creatividad y buen hacer de Julio Blanco. La filosofía de Pomme Sucre se basa en el tratamiento exquisito de las materias primas utilizadas en su obrador. El negocio busca la calidad extrema en chocolates, harinas, azúcares y cualquier ingrediente susceptible de una idea nueva. El hojaldre es otro de sus orgullos, al que Pomme Sucre dedica todo el mimo, aplicando las mezclas más tradicionales y dándole un punto dulce sutil y nada empalagoso.
Zuricalday (Vizcaya)
La pastelería cuenta con un obrador propio en el que se elaboran diariamente los productos con ingredientes de primera calidad de las manos de expertos pasteleros: hojaldres, pastas, tofes, trufas, tartas… Pero también salados y delicatessen. En Zuricalday, como reza su lema, “lo principal es la satisfacción del cliente”.
La Pastisseria (Barcelona)
“Desde niño me sentí atraído por la pastelería, ya no sólo por su sabor y colorido, sino por los secretos de su elaboración y la investigación en conseguir la mejor textura, olor, sensación y exquisitez”, cuenta el artífice de La Pastisseria, Josep María Rodriguez Guerol. El objetivo en las piezas de La Pastisseria es que sean ligeras. En nuestros sus pasteles “es muy importante la proporción de cada elaboración”, aseguran, “para así poder conseguir el equilibrio armónico entre texturas y definición de los sabores”.
La Duquesita (Madrid)
Uno de los sitios de referencia para los amantes del dulce. Comenzó su historia en 1914 y desde entonces se ha distinguido por sus postres y dulces artesanos. Este otoño nos sorprende con una nueva carta, llena de nuevos sabores pero sin perder su tradición: cremadillos de crema y manzana, bizcocho de chocolate o pastas de té caramelizadas, entre sus propuestas.
Hoffman (Barcelona)
Al doblar la Basílica de Santa María del Mar encontramos el Paseo del Born con todos sus contrastes. Sus comercios, sus bares y pequeños restaurantes dan vida a la noche; en el más puro corazón de Barcelona. Cerca, aromas de chocolate y mantequilla, de pan, azúcar, vainilla, de canela y caramelo provienen de la Calle Flassaders 44, donde se encuentra la Pastelería Hofmann.
Harina Madrid
El pan de toda la vida vive en este establecimiento: masa madre, harina, agua y sal. “Fermentaciones largas y ausencia de aditivos nos distingue”, aseguran. Harina es un nuevo concepto de panadería y cafetería. Su estilo desenfadado se complementa con ofertas culinarias muy diversas: dulces y tartas preparados según las recetas tradicionales, helados artesanos aptos para celiacos, con o sin lácteos, e incluso limonadas y jugos naturales de frutas recién exprimidas.
Confituras Goya (Vitoria)
Fundada en 1886, Confituras Goya es una empresa familiar que cuenta en la actualidad con once tiendas, repartidas entre Vitoria, Logroño, Bilbao y Pamplona, en las que comercializa su amplia gama de productos, desde bombones, trufas, turrones, mermeladas y bollería artesana. También cuenta con un centro de producción ubicado en su Vitoria natal.
Manu Jara (Sevilla)
El equipo de profesionales al frente del equipo de Masquepostres, con Manu Jara a la cabeza, ofrece un servicio exclusivo en Sevilla de producción de postres de autor y pastelería francesa. Entre sus productos se encuentran desde la innovación y el diseño de las últimas tendencias en pastelería al fiel respeto a las recetas clásicas de la confitería y bollería francesa.
Camilo de Blas (Oviedo)
Especializada desde su inauguración en 1914 en la venta de productos de confitería, la cual complementa con delicatessen y productos gourmet, Camilo de Blas tiene su esencia en un dulce conocido como ‘carbayones’, que es un pastel de almendra y yema bautizado con el gentilicio popular de los ovetenses.