Gallo, el discreto encanto
Subtítulo Sin olvidar las tradiciones, pero recuperando el saber hacer ancestral hacia el futuro, la firma Gallo nos muestra cómo un simple accesorio puede convertirse en un icono de estilo dar personalidad.

Se usan por puro placer. Muy a menudo ni siquiera se ven. Pero tienen la capacidad de hacerse notar. En cuanto el hombre elegante cruza las piernas, ese detalle marca la diferencia, inmediatamente reconocible, emerge del borde del pantalón. Porque los calcetines Gallo han entrado en el imaginario colectivo, un simple accesorio transformado en un icono de estilo, con rayas inconfundibles y más, gracias a Giuseppe Colombo, director general y director creativo.

“El concepto de belleza y bien hecho es la base de nuestros productos y tiene sus raíces en la historia”, dice el directivo. “La historia siempre nos ha enseñado lo que es la belleza y, si somos capaces de reconocerla, interpretarla y actualizarla, también nos ayuda a hacerlo bien”. A partir de esta reflexión, entendemos la filosofía de la marca y, sobre todo, el aire que se respira en la empresa, en Desenzano, en el lago de Garda en Italia. “La capacidad de conservar las tradiciones y poder transmitirlas a los nuevos trabajadores es fundamental para nosotros”, comenta y continua.

“La historia debe entenderse, estudiarse y mantenerse viva. Como hacemos con los marcos Bentley”. Los telares, precisamente los de los coches de lujo, que se remontan a la época de la Segunda Guerra Mundial, todavía se utilizan para producir calcetines con un procesamiento especial, que no podrían crearse con maquinaria contemporánea. “Mantener un marco antiguo es muy complicado, porque los jóvenes tienen que formarse en cuanto al saber hacer, por eso invertimos mucho en las nuevas generaciones”, explica Colombo.

“Todo cae dentro de la excelencia de la artesanía de Made in Italy, no es solo un artefacto, sino una empresa con personal constantemente educado con respecto a lo que ha sido, lo que está ahí y para anticipar el futuro. El secreto es proyectar lo antiguo hacia el mañana. Debe mantenerse vivo un savoir faire que, de lo contrario, hoy se perdería. La capacidad de preservar para transformar es fundamental. En todos los campos”. Pero también el deseo de hacer color que se convierta en originalidad está en el ADN de Gallo. “Una persona debe poder expresarse, incluso en la simple elección de un accesorio”.

Bajo un vestido azul, o beige en verano, el clásico uniforme de oficina, donde todos como máximo, puede permitir alguna variación con la corbata, el calcetín con rayas verticales le da carácter al usuario. Quien toma una posición, incluso en las cosas pequeñas, demuestra tener sentido del gusto y por tanto ser original. Y el hecho de destacar expresa una fuerte identidad”.

Y Gallo ofrece una amplia selección de calcetines de la colección Tailoring para destacar: del Twin Ribs, el modelo nacido en 2003 (y registrado), sinónimo de elegancia sartorial, con efectos contrastantes en relieve vagamente hipnótico; a Vanisé, con nervaduras en diferentes tonalidades; del bicolor, donde se declina una línea en dos colores; en Windsor, que están inspirados en el excéntrico Duke.

Sin olvidar los lunares y calcetines estampados, donde los diseños cambian de una colección a otra, siempre logrando emocionar a los clientes. «La combinación de patrones, colores y diseños típicos es nuestra marca registrada. Se necesita buen gusto, experiencia, pasión y cuidado”, concluye Colombo. Una receta que lleva a un único resultado: un producto bonito y bien elaborado. Lo que también se traduce en una línea de ropa y complementos para hombre, mujer y niño.