Un siglo de buenas letras
Subtítulo La firma Montblanc conmemora 100 años de la herramienta mas importante de las firmas del siglo. El nacimiento de la pluma Meistertück.

En 1924 nació este icono de las estilográficas, un símbolo de la cultura que ha acompañado tanto escritores, arquitectos, dibujantes, abogados, ingenieros, políticos, poetas, médicos, diseñadores o inventores para plasmar y perpetuar cada una de sus innovadoras ideas. El mundo de la creación vive un momento de tributo a la palabra, el libro imprime estilo y hemos visto este año campañas con bibliotecas y librerías como escenario poderoso. El lujo se rinde ante el encanto de la escritura. Supermercados como Bon Marché, la publicidad de Celine en la Biblioteca Nacional de Francia, o la campaña de Montblanc con las mejores bibliotecas del mundo lo confirman. En ese contexto celebramos el centenario del gran hilo conductor de la palabra escrita, el icono de la pluma Meisterstück, obra maestra en alemán.

En 1924, Montblanc escribió un nuevo y trascendente capítulo en la historia de la cultura de la escritura al presentar su herramienta poderosa. La pluma fuente, totalmente negra, se llamó Meisterstück para describir su estatus de obra verdaderamente artesana, creada con la habilidad de un maestro. A lo largo de un siglo de popularidad y uso continuo, la Meisterstück se ha perfeccionado para llegar a ser un icono de la escritura. Para celebrar este aniversario emblemático Montblanc vuelve a sus orígenes y ha creado la Meisterstück The Origin Collection resaltando las características de diseño a lo largo de los años e, incluso, revisando conceptos originales. La pluma se considera el artículo de escritura por excelencia. Ha dejado una huella indeleble en la humanidad, ya que la han utilizado muchas personas influyentes que han moldeado nuestra cultura e historia colectivas.

Desde su creación, la forma de la Meisterstück ha evolucionado desde un aspecto de pluma fuente sencilla en negro hasta plasmar las influencias de diferentes épocas. En su trayectoria, ha adquirido determinados detalles de diseño distintivos que ahora definen su identidad atemporal, materializada hace más de medio siglo. El número “4810” grabado en el plumín de oro bicolor (una referencia a la altura de la montaña Mont Blanc en metros) y el llamativo diseño del clip aparecieron por primera vez en los años veinte del siglo XX, mientras que la forma estilizada de puro y los tres anillos de oro se implantaron a finales de los años cuarenta y cincuenta. Todo un símbolo de la escritura a mano, que sigue teniendo un valor incontestable.