Transparencia al extremo
Subtítulo Dos versiones distintos de exponer un calibre de la Fabrique Du Temps Louis Vuitton. Uno contemporáneo y otro clásico. ¿Cuál es tu favorito?

El espíritu de competitividad es único en el ser humano y los deportes son el ejemplo más claro. Nada mejor que competir contra los de tu misma especie y en este terreno la manufactura de relojes La Fabrique du Temps Louis Vuitton, nos propone decidir cuál es nuestro favorito con dos piezas, una de ellas en dos versiones. En la primera parte de este torneo imaginario, tenemos al Tambour Moon Tourbillon Volant “Poinçon de Genève”, que destaca por unirse al selecto grupo de piezas creadas a partir de un solo bloque de cristal zafiro en verde y amarillo fluorescente para su caja de 42.5 mm que, sin duda, de solo verla conquistará. Y es que, los conocedores apreciarán la presencia de un tourbillon. Cabe mencionar que esta no es la primera vez que los relojeros de Louis Vuitton utilizan el zafiro, ya antes habían lanzado esta misma pieza en rosa, azul y clear (blanco) en 2017.

En esta competencia para decidir qué pieza es nuestra favorita, deben saber que la fabricación de la caja del Tambour Moon Tourbillon Volant requiere alrededor de 420 horas de complejas operaciones, usando máquinas especializadas y controladas digitalmente, y el resultado no puede ser mejor, sumado a que la parte trasera también es de zafiro y el logo con el monograma de la casa LV se encuentra en la carátula y es creado a partir de un bloque de esta piedra en tintado japonés de 200 kilogramos de peso.

Por su parte, el calibre LV90 en su interior nos ofrece un espectáculo digno de la caja que lo resguarda, una arquitectura depurada que comienza con puentes y una platina lograda a base de círculos que son el soporte para el tourbillon volante, corona con el famoso Monograma de Flor de la casa que ofrece 60 horas de reserva de marcha. Por cierto, ambas piezas ostentan el reconocido “Sello de Ginebra” y son las únicas en caja de zafiro en poseer este selecto sello de calidad relojera suiza. Nuestro segundo competidor es Louis Vuitton Voyager Skeleton, que nos lleva a otra interpretación en la transparencia y utiliza la técnica del esqueletado para esta pieza.

Sin duda un viaje al mundo de la miniaturización que solo los expertos relojeros de Louis Vuitton saben hacer. Cabe recordar piezas como Tambour Curve Fyling Tourbillon y Voyager Flying Tourbillon ambos con el “Sello de Ginebra”. En esta nueva pieza se ha usado el calibre LV60, el primer y único calibre de la marca, destaca por mostrar en sus puentes reminiscencias de la arquitectura del edificio que alberga la Fundación Louis Vuitton en París y creada por el reconocido arquitecto Frank Gehry. Otro detalle en el que poner atención es el del rotor que muestra el monograma de la casa, así como el barrilete expuesto en la parte frontal donde se puede ver Louis Vuitton. Atención al detalle que se enmarca con un disco azul y manecillas del mismo color que realzan su elegancia, misma que se acompaña de una caja de platino, material destinado solo a piezas de alta relojería o de edición limitada como esta, ya que únicamente se han producido 150 piezas. Con todos estos elementos nosotros nos quedamos con ambas piezas y ¿tú?