No todo lo que brilla es oro
Subtítulo Las firmas de relojes más reconocidos utilizan el platino para crear piezas únicas, complicadas y de colección. Les presentamos los 10 modelos más elegantes.

Extraño destino el del platino, maltratado en el pasado y ahora venerado. Uno de los materiales más apreciados y codiciados del planeta debe su nombre a la palabra española “platina”, diminutivo de plata, utilizada en realidad de manera despectiva. De hecho, los conquistadores españoles —literalmente— despreciaban este metal, porque, cuando lo descubrieron en Sudamérica en el siglo XVI, no sabían qué hacer con él, ya que resultaba imposible de fundir con las técnicas entonces conocidas.

Iban buscando plata, la verdadera, no esa “platería” inútil. Su redención comenzó en el siglo XIX, cuando el platino se hizo cada vez más codiciado, hasta llegar a ser utilizado como moneda en Rusia. Es bastante raro de encontrar en la naturaleza y, a pesar de ser dos veces más abundante que el oro, tiene más valor porque es más complejo de extraer: rara vez se encuentra puro, casi siempre está aleado con otros elementos. El hecho de ser tan raro y precioso ha hecho que sea codiciado por las grandes marcas relojeras, que lo reservan para sus piezas más importantes.

No es casualidad que las cajas de platino (por cierto, mucho más pesadas que las de oro debido al peso mayor específico del metal) se asocien a piezas elegantes y complicaciones supremas, como es el caso del calendario perpetuo en línea de Patek Philippe, Referencia 5236P-001: gracias a una visualización inédita, el día, la fecha y el mes aparecen en una gran ventana a las 12 horas. Otras interpretaciones del calendario perpetuo son el Villeret de Blancpain, el Traditionnelle Calendario Perpetuo Cronógrafo de Vacheron Constantin y el Master Grande Tradition Calibre 985 de Jaeger-LeCoultre.

El primero combina las funciones de calendario perpetuo con las fases lunares en una carátula de color azul intenso; el segundo, de cuerda manual, asocia también un cronógrafo; el tercero embellece la arquitectura del movimiento con un tourbillon. Un símbolo de estilo atemporal es el Cartier Santos-Dumont, que en la edición limitada Le Brésil, luce una carátula plateada y un grabado del globo aerostático Brasil en el fondo de la caja.

Famoso por crear cajas solo con metales preciosos (con la excepción de un modelo). A. Lange & Söhne ha destinado el platino al Grand Lange 1 Moon Phase: la limpieza de la carátula rodiada, con sus contadores descentrados y la gran fecha a la una, sublima la elección de este metal. El Chronomètre Souverain Havana Calibre 1304 de F.P. Journe, en cambio, es de una elegancia sofisticada, en la que el platino brillante de la caja contrasta con el color tabaco y la decoración realizada con técnica guilloché de la carátula. El platino tiene cabida también en los relojes deportivos, como lo han demostrado Rolex, Omega y Audemars Piguet.

La maison coronada cuenta entre sus modelos más vendidos de platino el legendario Cosmograph Daytona, para el que ha elegido una esfera color azul hielo que contrasta con el bisel y los contadores cafés: una configuración ya mítica. Para Omega, en cambio, el metal más preciado encarna la colaboración con James Bond para el Seamaster Diver 300M, presentado dentro de su maleta GlobeTrotter, en platino y oro, lleva una correa de cuero negro con pespuntes de platino y una placa de platino y oro en el lateral de la caja con el número de la edición numerada.

Master Grande Tradition Tourbillon Cylindrique à Quantième Perpétuel Jubilee

Por último, con el Royal Oak Jumbo Extra-Thin 50th Anniversary Audemars Piguet celebra las cinco décadas de un reloj que ha pasado de ser un iconoclasta a ícono: su carátula verde sombreada con motivo soleil realza, de hecho, el brillo del precioso metal. La venganza de la “platería” está servida.