Lecciones de arte de John Baldessar
Subtítulo Vanguardia e irreverencia le definen, pero también educación, porque además de artista, es el maestro de toda una generación.

Cada año, igual que las aves migratorias aterrizan en un paraíso natural, al museo Jumex llegan con toda naturalidad artistas de dimensiones gigantescas, como lo han hecho Cy Twombly, Andy Warhol y ahora John Baldessari, de quien es su primera exposición individual en América Latina.

Su oficio de maestro del arte le permite crear su obra y explicarla de manera didáctica. Considerado uno de los artistas más influyentes de las últimas décadas, utiliza el lenguaje y las imágenes icónicas para crear obras irónicas. El objeto y la palabra a veces se unen para pedirle al artista que se castigue escribiendo muchas veces, como tarea de escuela: “Nunca más haré arte aburrido”.

El artista, nacido en 1931, se mostró lúcido e irónico como su obra. Nacido en California, su trabajo ha sido expuesto alrededor del mundo en más de 200 exposiciones individuales, así como grandes retrospectivas en la Tate de Londres, el Met de Nueva York o el MACBA de Barcelona. Fue profesor en Post Studio en CalArts entre 1970 y 1988 y, luego, más de diez años en UCLA; su labor pedagógica es parte del sentido de su obra.

‘Studio Baldessari’.

Su impacto en el arte es también por su labor como educador, pues quería que su método de enseñanza se pareciera a sus obras: un arte que da lecciones de arte. “Esta exposición es un gran logro y me llena de ilusión por muchas razones, porque hay artistas de todo tipo, pero algunos no logran su cometido. Baldessari ha sido una persona increíblemente generosa para muchísimas generaciones, siempre ha dado clase y ayudado a los artistas jóvenes. Rodeado por ellos, su influencia es invaluable para artistas de la costa Oeste y Este, de todo el mundo, y hoy lo tenemos en México, con grandes obras de los años 60, obras que amamos”, señala Eugenio López, presidente de la Fundación y fundador del Museo Jumex.

‘God Nose’ (Baldessari).

Sus obras incluyen pinturas de emoticonos, algunas inspiradas en Sunset Boulevard; juega con tipografías y grafitis; entiende que lo importante de la videocámara es lo que haces con ella, más allá de la técnica o sus cualidades. Como profesor, habla de “hacer arte”, y la exposición es una invitación a formarse: aprendiendo a leer las imágenes, los textos. Ambos, señala Baldessari: “Hoy los curadores pueden escribir un texto sólo con emoticonos —y añade—. Muchas veces, en el lenguaje coloquial decimos que podemos hablar con las plantas. La idea de que dos mundos distintos pueden hablar me hizo reflexionar mucho. Eso me afectó a mí y a mi obra”.
El lenguaje entre mundos es parte de los hallazgos de Baldessari. Lo que propone es un juego, una reflexión y una manera de inspirar: “Cuando veo la exposición, se me activan muchos recuerdos. Me gusta que el artista reflexione como hacía yo en mis clases de arte, y a mis alumnos les planteaba una cuestión: ¿cómo puedes hacer que las personas entiendan lo que estás haciendo?”.