David Chipperfield, belleza y compromiso
Subtítulo Arquitecto, urbanista, activista comprometido con la sostenibilidad. David Chipperfield ha sido galardonado con el premio más importante de su carrera. Estas son las razones.

Auto de grandes obras, entre ellas el museo Jumex de la Ciudad de México, El Neues Museo de Berlín, el Museo Pompidou de Shanghai, la sede de la BBC en Glasgow y prepara las nuevas oficinas de Rolex en Manhattan. Además Chipperfield formó parte del programa de Mentor y Discípulo Rolex, que une a grandes talentos con jóvenes valores, donde el laureado arquitecto trabajó con el suizo Simon Kretz entre 2016-2017, sumándose a esta gran labor de intercambio creativo del programa de Rolex.

Nos encontramos con Sir David en Atenas, a propósito del 20 aniversario de la iniciativa Mentor y Discípulo de Rolex y que conicidió con el anuncio del premio Pritzker. Un galardón con el que está muy orgulloso y nos confiesa: “Me siento abrumado por recibir este extraordinario honor y por estar asociado a los anteriores galardonados, que tanto han inspirado a la profesión”, señala Chipperfield. “Me tomo este premio como un estímulo para seguir dirigiendo mi atención no sólo a la esencia de la arquitectura y su significado, sino también a la contribución que podemos hacer como arquitectos para abordar los retos existenciales del cambio climático y la desigualdad social.

Podemos desempeñar un papel más destacado y comprometido en la creación no sólo de un mundo más bello, sino también más justo y sostenible. Debemos estar a la altura de este reto y ayudar a inspirar a la próxima generación para que asuma esta responsabilidad convisión y valentía”. Entre sus obras se encuentran edificios cívicos, culturales o académicos, residencias privadas y planes urbanísticos en Asia, Europa y Norteamérica. El compromiso de Chipperfield con una arquitectura de presencia discreta, pero transformadora del ámbito público se puede apreciar de primera mano en el edificio del Museo Jumex, en Ciudad de México.

Su arquitectura es austera al margen de modas. Aunque ha trabajado con importantes firmas de moda en sus boutiques como Valentino, Issey Miyake, su primera tienda, o Brioni. Tras graduarse en la Kingston School of Art en 1976 y en la Architectural Association School of Architecture de Londres en 1980, Chipperfield trabajó con Douglas Stephen, Norman Foster (Premio Pritzker 1999) y el difunto Richard Rogers (Premio Pritzker 2007) creador de la Torre BBVA de Reforma en Ciudad de México. Después fundó David Chipperfield Architects en 1985, que más tarde se amplió con oficinas en Berlín (1998), Shanghai (2005), Milán (2006) y Santiago de Compostela (2022). Se enamoró de Galicia, donde tiene una residencia en Corrubedo, y está involucrado en la transformación de la zona mal tratada por desastrosos planes de urbanismo.

Desde Galicia promueve ideas y reflexiona sobre el desarrollo futuro fomentando la protección local de los entornos naturales y construidos, relacionados con los retos de la sostenibilidad a lo largo de la costa de la Ría de Arousa. Recientemente respondía en El País ¿Construye para la eternidad? “Toda la arquitectura busca inevitablemente ese fin: la permanencia a través de la estabilidad y la fiabilidad. Incluso cuando levantamos un castillo de arena en la playa lo protegemos para que dure. Eso desde el punto de vista pragmático. Desde el representativo: la arquitectura son marcas que simbolizan esa permanencia. El espectáculo del poder no me ha interesado nunca. El poder de la permanencia, sí”. En Atenas mostró una actitud positiva de cara al futuro en el mundo del urbanismo: “Estoy convencido de que la situación actual nos proporciona el incentivo necesario para realinear nuestras prioridades y poner el foco en el medio ambiente, desde la sustentabilidad y desigualdad social”. Compromiso, significación y belleza.