La excelencia que deja huella
Subtítulo Visitamos el cuartel general donde se fabrican estas maravillas, en Fiesso d´Artico. Un templo para el amante del zapato.

Ubicada en Veneto, en la famosa región veneciana, la ciudad de Fiesso d’Artico alberga los talleres de calzado de Louis Vuitton desde 2009. Un entorno hecho a medida que ve a sus artesanos enorgullecerse al enfrentar los desafíos de una creatividad en constante evolución. Pasión y devoción absoluta al arte del calzado.  El lugar es toda una leyenda, desde hace cientos de años fue la capital de los zapateros.

Ya en el siglo XIII, las aguas cristalinas del río Brenta y las residencias de verano de las grandes familias venecianas atraían a los curtidores de la plaza de Rialto y San Marcos a Fiesso d’Artico, a unos treinta kilómetros de Venecia. La región se hizo rápidamente conocida internacionalmente por la alta calidad de su fabricación de calzado. Las materias primas, la técnica y la filosofía se combinaron para convertir a los artesanos locales en maestros indiscutibles del arte, allanando el camino para la artesanía de lujo. Louis Vuitton eligió basar su producción de calzado en Fiesso d’Artico cuando se lanzó la actividad dentro de la Maison en 1998, con el desarrollo y la producción centralizados en un lugar especialmente diseñado. La fabricación, tal como está hoy, se inauguró en 2009 después de tres años de investigación y construcción. Un edificio aerodinámico, diseñado para respetar la naturaleza y cumplir con estrictos requisitos ecológicos. Control de temperatura geotérmico, calidad del aire, agua de lluvia reciclada: todos los aspectos han sido diseñados para el bienestar óptimo de la naturaleza y de los propios artesanos. 14 mil  metros cuadrados ofrecen un ambiente de trabajo sereno.

La búsqueda incesante de nuevas técnicas y materiales  invita a la  investigación e innovación. Los diseños de los hombres se realizan a través de una colaboración entre la dirección artística y los artesanos, cada uno aportando su conocimiento particular al proceso. Aquí también, una horma especialmente diseñada, forma la base del nuevo calzado.

Pincel fino, agua y cera.. Estas herramientas tradicionales dan paso a un aspecto único que crean el ADN clave a la pátina excepcional creada en todos los diseños de cuero. Armados simplemente con cera, agua, un cepillo y tela, los expertos trabajan en cada zapato durante horas para lograr la profundidad y la apariencia deseadas, una elegancia que se une a la personalidad y la creatividad.

Arte y zapatos

El arte contemporáneo ocupa un lugar especial dentro del mundo de Louis Vuitton, una relación que se hace evidente en los espacios abiertos de los talleres localizados en Fiesso. En los “claustros” verdes, en el centro de los edificios, se encuentran dos esculturas gigantes con temas de zapatos de Joanna Vasconcelos y Nathalie Decoster. The Gallery, un espacio que combina museo y biblioteca, acoge en unos 260 metros cuadrados calzado histórico de la India o China, obras de arte de Andy Warhol o Ralph Gibson y piezas de artistas cercanos a la Maison como Yayoi Kusama o Richard Prince, todos ellos relacionados con el simbolismo universal del zapato. Hoy el zapato de Louis Vuitton es un símbolo de elegancia, de excelencia y de arte, un arte que deja huella.