El estilo inmortal de María Félix
Subtítulo El misterio y poderosa personalidad quizás tengan origen en los pasillos de El Palacio de Hierro. El historiador y director de experiencias de la firma nos cuenta la historia.

Se cumplen 110 años del nacimiento de una de las grandes divas del cine mexicano, una mujer pionera que conquistó Hollywood y asombró al mundo. Su estilo iba más allá de la pantalla, y en Cartier lo saben, cuando adornó su cuello con la figura brillante de un cocodrilo. Es un icono, y también una pionera, puso a la mujer en el lugar que se merece. Maltratada y defensora de la figura femenina, hoy es más que un símbolo universal. Como señala el autor de su biografía, Sergio Almazán, Acuérdate de María: “Como toda diosa del espectáculo, la Doña escenifica sentimientos acordes a su figura de diva: la poderosa presencia fílmica, la naturalidad del lujo y la consecuencia de su altivez: las rendiciones anímicas de sus seguidores; la envidia de sus retractores, la imitación de su público y el escrutinio de sus colegas, saliendo airosa y desmedida a ese examen de la industria, de los suyos y los ajenos”.

Recientemente El Palacio de Hierro de Polanco, para conmemorar el aniversario del nacimiento de la gran diva mexicana, María de los Ángeles Félix Güereña, exhibió por primera vez piezas muy especiales que acompañaron a María durante toda su vida, algunas como una benditera de cerámica –pila de agua bendita– en forma de paloma que su padre le regaló cuando era niña en Alamos, Sonora hasta una invitación de Diego Ri- vera con dibujos y textos escritos personalmente por el gran artista mexicano, además de numerosas prendas de grandes diseñadores, testigos de una de sus grandes pasiones: la moda y la alta costura. Más de 70 piezas de su guardarropa personal, algunas nunca antes exhibidas, fueron presentadas en la planta baja de El Palacio de Hierro Polanco. Otra de sus pasiones fue el interiorismo y las antigüedades, piezas decorativas de sus tres casas en París, Polanco y Cuernavaca que reflejan un gusto cosmopolita y refinado que le permitió crear espacios únicos en estilos desde Napoleón III, Luis XV hasta indo-portugueses en cada una de sus residencias.

Mucho se ha escrito sobre la vida y las anécdotas de María, pero una muy particular la involucra a ella, El Palacio de Hierro y su primera película El Peñón de las Ánimas. La historia nos lleva a 1942, cuando un buscador de talentos observa en el reflejo de una tienda de antigüedades, en la calle de Palma, en el Centro Histórico, un rostro de extraordinaria belleza. Habla con ella y le propone presentarla al director de cine Miguel Zacarías, quien estaba en la etapa final de la producción de El Peñón de las Animas, ya con Jorge Negrete en el rol protagónico masculino y como protagonista femenina, en ya muy avanzadas negociaciones, Gloria Marin. Zacarías al conocerla, queda muy impresiona- do por María Félix, así decide darle la oportunidad a la joven desconocida y pide a su equipo de producción mostrar los avances del vestuario a la nueva protagonista.

Cuando le presentan a María las prendas, después de mirarlas y tocarlas, les contesta desafiante: “Yo, de ninguna manera, me voy a poner esos trapos, si quieren que yo salga en su película, todo lo que yo me ponga lo tienen que comprar en El Palacio de Hierro”. Sorprendidos los colaboradores de Zacarías, le compartieron que la señorita no se pondría la ropa, Zacarías movió la cabeza, tomó una tarjeta y escribió una nota al Director de El Palacio de Hierro Centro, donde le pedía que le entregaran todo lo que la señorita pidiera para la confección del nuevo vestuario, así, a El Palacio de Hierro llegaron María Félix, Armando Valdez Pesa y el equipo de producción. Los atendió Marguerite Himmel Esslinger de Rostan, mejor conocida en el mundo de la moda como Madame Rostan, quien había llegado en 1930 a dirigir el taller de alta costura de El Palacio de Hierro y quien colaboraría 76 años en la tienda. En una de las muchas conversaciones con ella, me compartió esta anécdota, que la misma María Félix contó en alguna vieja entrevista y ella misma se sorprendía de ese arranque que quizás comprendió que sería parte de la magia y misterio que acompañó a su personalidad hasta el fin de su vida.