“Sin género”. Éste es uno de los conceptos que está revolucionando las empresas de la moda. Creer que no existe distinción entre lo masculino y lo femenino en términos de pensamiento, ropa y estilo de vida.
Aunque pueda sonar engañoso, en realidad no tiene nada que ver con preferencias sexuales, sino más bien con no querer catalogar a las personas a partir de la identidad de género. Justo como afirmaba el Grupo de Bloomsbury, uno de los círculos literarios ingleses más importantes del siglo XX que, entre sus miembros, contaba escritores como Virginia Woolf y Edward Morgan Forster, el padre de la macroeconomía, John Maynard Keynes, y el crítico de arte Roger Fry.
El binomio ganador: Marco Bizzarri, CEO de Gucci, y el director creativo Alessandro Michele. A la derecha, su último desfile genderless. (Getty)
Sin embargo, hoy en día el genderless no ha captado solamente la atención de un círculo pequeño y exclusivo, sino más bien de una multitud de jóvenes de todo el mundo formada por los millennials (los nacidos entre 1980 y 1999) y la Generación Z (nacidos después de 1999), y que en Gentleman hemos nombrado como “Millennial(Z)”. Entre ellos están los grandes consumidores de hoy y mañana. Ya que el destino de los gigantes de la moda está en sus manos, la industria les está prestando mucha atención.
El gran reto es que los Millennial(Z) no son fáciles de conquistar. Rechazan cualquier tipo de homologación, ya que ponen el individualismo y, por ende, el estilo personal, antes de todo. Son la generación de las tres C: Connected (siempre conectados), open to Change (abiertos al cambio), Confident (seguros de sí mismos). Pero, sobre todo, no siguen las modas: las crean. Las marcas más astutas no se limitan a cazarlos, los interceptan. Primera entre todas, Gucci, hoy la marca más importante de Kering, grupo multinacional francés guiado por François Henri Pinault (propietario, entre otros, también de Bottega Veneta, Saint Laurent, Balenciaga, Brioni, Stella McCartney, Boucheron, Girard-Perregaux, Pomellato…).
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Pero, ¿cómo ha logrado Gucci interceptar a estos Millennial(Z), que han ayudado a la empresa a alcanzar en los primeros tres meses del año ventas por casi 4.4 billones de euros, con un incremento del 51% (+48.3% a tipo de cambio constante)? Gucci lo ha logrado gracias a una sinergia mágica creada en 2015 entre el director creativo, Alessandro Michele, y el presidente y CEO, Marco Bizzarri. Al verlos juntos, no parecen tener nada que ver el uno con el otro. Bizzarri es dinámico, enérgico, un gigante encerrado en severos trajes de negocio de tres piezas. El año pasado, al retirar el premio International Business Leader (el Óscar de la moda), otorgado por el Fashion Council de Londres, se limitó a agradecer a su esposa y a sus hijos.
Michele, por otro lado, es chiquito y con barba, una mezcla entre un fan de Coachella y Mark Zuckerberg; lleva playeras despintadas y pantalones de mezclilla con el dobladillo aparentemente descuidado. En todas sus entrevistas menciona a su pareja, Giovanni Attili, profesor de urbanística de la Universidad La Sapienza de Roma. En los últimos años, se ha escrito mucho acerca de su encuentro. El resumen es que, tras el despido de Frida Giannini, directora creativa de Gucci desde 2006, y del CEO Patrizio di Marco, Bizzarri decidió apostarle a Michele, un desconocido en ese entonces, que había trabajado para Gucci a lo largo de 14 años al lado de diferentes diseñadores. Una elección muy valiente que tomó a todos de sorpresa.
Como en todas las colaboraciones, también en el binomio Michele-Bizzarri el secreto es una perfecta división de los papeles: el diseñador es el creativo, quien se dedica a traducir el arte de la marca; el CEO se encarga de la empresa y de la estrategia de negocios. Michele respeta las decisiones financieras de Bizzarri y Bizzarri respeta las decisiones creativas de Michele.
El Grupo Bloomsbury, círculo literario de Virginia Woolf y John Maynard Keynes. Pioneros en promover la idea de una sociedad de género neutro.
En la moda, hay muchos otros ejemplos de binomios de este tipo: Yves Saint Laurent y Pierre Bergé, Miuccia Prada y Patrizio Bertelli, Rei Kawakubo y Adrian Joffe. Sin embargo, la grande habilidad de Marco Bizzarri ha sido la de entender que Alessandro Michele era quien podía interceptar a la perfección a los MillennialZ, que hoy representan más del 50% del negocio Gucci. Y lo ha hecho siguiendo la intuición de que la moda necesitaba un cambio drástico, fuerte y, quizás, irreversible. Un cambio que empieza desde el concepto de género neutro que tanto le gusta a las nuevas generaciones de consumidores. Así, desde el primer desfile de Gucci, firmado por Alessandro Michele, el elemento clave ha sido la elección de los modelos.
En las pasarelas no se nota la diferencia entre hombres y mujeres. Todos se parecen, todos encarnan al mismo tiempo el arquetipo femenino y masculino. El Ánima y el Ánimus de Gustav Jung. Sus rostros se parecen a los de las obras tardías de Leonardo da Vinci. “Son bellos adolescentes, de suave morbidez y de formas afeminadas que, en lugar de bajar los ojos, nos miran con una enigmática expresión de triunfo”, escribió Sigmund Freud en Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci. Como los rostros, también las prendas de Gucci reflejan el mismo concepto: camisas de gasa, manteles bordados con animales salidos del Bestiario de Aberdeen, faldas y tacones para todos. Una estratificación de líneas y tejidos que es, al mismo tiempo, histórica, creativa, intelectual, astuta.
La publicidad P/V 2016 de Louis Vuitton. Aunque parecen cuatro mujeres, el último a la derecha es un hombre, Jaden Smith, nuevo icono del género neutro.
Un manifiesto que es un himno al individualismo y anuncia el fin de la búsqueda de la perfección serial y de la distinción entre los géneros. De manera totalmente inesperada, el guccismo se ha difundido de manera exponencial. Desde Avie Costa, modelo que ha empezado su carrera como mujer pero hoy se siente hombre, hasta insospechables como Melania Trump que, para el segundo debate de su marido contra Hillary Clinton, ha sorprendido en el mundo de la moda como en el político, vistiendo Gucci. “Tenemos clientes de todo tipo. Somos todos libres de hacer lo que queremos”, comentó Michele durante una entrevista con el Washington Post.
Se trata de una libertad que ha contagiado a todos, pero siempre ve en primera línea a los Millennial(Z) y su deseo de liberarse del concepto de género, desde el vestuario hasta la elección de los perfumes. Como siempre, una de las primeras en entender esta tendencia ha sido Miuccia Prada, que en 2016 lanzó la colección Prada Olfactories y hoy cuenta con 13 fragancias genderless: “Desde siempre, Prada expresa la contraposición entre el singular y el universal. Estas fragancias revelan la naturaleza fluida de la colectividad”, ha declarado la maison.
El joven grupo musical chino FFCAcrush, que se define de género neutro y tiene más de un millón de fans en Weibo, el Twitter chino.
Como Gucci y Prada, también otras grandes marcas de la moda han reforzado la tesis del sociólogo Zygmunt Bauman sobre la llegada de una nueva sociedad líquida, y se están volviendo cada vez más fluidas. Un ejemplo es el coloso Louis Vuitton, que para la campaña de mujer del verano pasado eligió a Jaden Smith (19 años), hijo del actor Will Smith, muy seguido en las redes sociales y embajador del género neutro. En la campaña de Vuitton, Jaden posa con tres modelos femeninas. Todas llevan faldas. También en este caso los géneros se funden, volviéndose casi ese tercer género explicado por Aristófanes en el dialogo platónico de El banquete: “En primer lugar, tres eran los sexos de los hombres, no dos como ahora, masculino y femenino, sino que había además un tercero que era común a esos dos”.
También Dolce & Gabbana está siguiendo la misma trayectoria, ya que para presentar su última colección ha invitado a desfilar 49 Millennial(Z). Un ejercito de jóvenes fluidos con nombres altisonantes. Entre ellos, Presley Gerber, hijo de Cindy Crawford, ídolo de los Millennial(Z) como su mamá lo era para los hombres en los años ochenta. Sofia Richie, hija menor del cantante Lionel y Lucky Blue Smith, supermodelo e influencer con cuerpo efébico. Y si, también H&M, líder mundial del fast fashion, ha anunciado su primera colección gender-neutral. Todo apunta a que la revolución Millennial(Z) llegó para quedarse.
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