Los relojes más importantes que conquistan a los gentleman
Subtítulo Las conquistas más importantes han marcado momentos inolvidables. Y los relojes han estado presentes. Se trata de objetos únicos y con un valor emocional aún más alto en la actualidad.

Nacen con una huella tan específica que logran no sólo quedar iguales a sí mismos a pesar de la evolución de la propia especie, sino también caracterizar la marca que los ha originado hasta representar su misma esencia. Productos icónicos los hay en todos los sectores, pero en el caso de los relojes toman un significado particular.

Se trata de objetos únicos y con un valor emocional aún más alto en la actualidad, cuando se desvanece el objetivo utilitarista al cual las agujas estaban relegadas hasta hace poco, antes de la llegada de la electrónica y de los dispositivos personales, símbolos de un gusto y de un estilo de vida, evocadores del imaginario, de los sueños, de las vivencias y de las aspiraciones de quien ha elegido un modelo determinado de una marca específica.

En este juego de señales y alusiones, tan subliminales como inmediatamente perceptibles, ¿qué nos puede contar un reloj? En estas páginas hemos incluido los magníficos siete de la relojería según Gentleman, y hemos dado con que para Rolex el icono se llama Explorer. Claro, también están el Submariner y el GMT, pero llevan accesorios. El Explorer, sin embargo, representa la esencia técnica de la marca (impermeabilidad y carga automática) y su diseño, es proverbialmente riguroso. Hasta se podría considerar un reloj militar, con el brazalete de acero que no se desabrocha o arranca nunca, y la indicación de la hora legible de manera clara e inmediata.

Para Patek Philippe, icónico es el Calendario Perpetuo, porque comprende la suma de las capacidades de la manufactura ginebrina expresadas con inalcanzable clasicismo. Con Hublot no se puede no pensar en el Classic Fusion: el desafío lanzado en los ochenta de combinar una caja de oro y una correa de caucho generó un reloj único que, además, contribuyó al nacimiento y al éxito inmediato de la marca. Veinticinco años después, la casa ha reinterpretado su ADN creando otro icono: el Big Bang, el primer reloj con reconocimiento lateral, quintaesencia del nuevo concepto de Art of Fusion de la firma.

Por su parte Zenith, que el año pasado celebró los primeros 50 años de su icónico El Primero, es otro de nuestros elegidos ya que representa uno de los cronógrafos más precisos del mundo, pionero en medir décimas de segundo y es reconocible por sus tres contadores. Su más reciente edición es parte de una trilogía, oro blanco, rosa y nuestro favorito oro amarillo. Lo mejor es que respeta el tamaño original de 1969, 38 mm.

Con Panerai, por otro lado, se juega con las leyendas de casa, ya que el Luminor deriva de la instrumentación submarina que la empresa de Florencia (hoy parte de Richemont Group) desarrolló en los años treinta y cuarenta para las incursiones marinas italianas, cuyos gestos heroicos están en los libros de historia.

Por su parte, Omega vive hoy un particular momento de gloria con el Speedmaster, que en 2019 celebra el 50 aniversario de la llegada a la Luna. Y lo hace como protagonista, ya que la primera serie de los años sesenta estaba en la muñeca de los astronautas del Apolo 11 y, desde entonces, ha sido interpretado en muchísimas variantes. No se trata de uno de los muchos patrocinios a los cuales estamos acostumbrados en la actualidad, más bien se trató de una elección basada en un duro proceso de selección entre los mejores modelos en ese entonces disponibles en el mercado.

Finalmente está Breguet, marca de Swatch Group que evoca a Abraham Louis Breguet que, todos en unanimidad, consideran el constructor más genial de instrumentos de tiempo de todas las épocas y padre fundador de la relojería moderna. Los modelos que retoman, además del nombre la tradición, son de estilo clásico, con una atención a la mecánica y a su bella arquitectura, a menudo dejada a la vista. Sobre todo cuando se presenta el tourbillon, el regulador de marcha que dio a Breguet su fama y que, hasta hoy, es su marca de fábrica.