María Rosa / Foto: Jason Bell, HBO

Tiempo de lectura: 12 minutos

20 febrero, 2021

 

Confiesa Hugh Grant que se siente ahora un actor diferente. Incluso, en cierto modo, una persona diferente. Es un mensaje que desliza casi de forma recurrente en sus últimas entrevistas. Como si el muchacho de ojos azules y encantadora timidez que se convirtió en una estrella de Hollywood unánimemente admirada, incapaz de despertar el mínimo rechazo ni siquiera entre los envidiosos, hubiera acabado por atraparle en una telaraña, en un “zoológico” ha dicho en alguna ocasión.

Hugh Grant posa para la lente de Jason Bell portando un Panerai Luminor Base de su colección personal de relojes.

Por eso, reconoce, llegó a disfrutar esos años, en torno a 2010, en que se mantuvo casi retirado de los sets de rodaje. Hasta ahora, cuando llega a los 60 años encadenando una serie de trabajos en las que aquel cautivador joven ha dado paso a personajes no tan transparentes, de múltiples aristas, sobre los que se ciernen más sospechas que confianzas. “Soy un hombre ligeramente diferente ahora, después de estos últimos cuatro o cinco proyectos –explica–. Tengo un poco más de respeto por mí mismo en lo que respecta a la actuación y creo que me siento más realizado y satisfecho cuando trabajo si puedo encontrar el proyecto adecuado”.

En la serie The Undoing (2020).

Uno de esos proyectos es la serie The Undoing, un inquietante thriller de HBO estrenado recientemente, que representa a la perfección la evolución del actor. El propio personaje al que interpreta parece esconder más de una cara. Jonathan Fraser es en apariencia un encantador oncólogo, especializado en niños, capaz de arrancarles una sonrisa a base de empatía para llorar luego en privado sus desgracias. Su matrimonio con una prestigiosa psicóloga, con un hijo, destila felicidad y éxito. Hasta que una acusación de asesinato sacude esa vida perfecta y arroja dudas sobre la verdadera personalidad del doctor.

En la serie Un escándalo muy inglés (2019) interpreta a un parlamentario que pretende ocultar una relación homosexual.

No develamos más. El propio actor no lo sabía todo cuando decidió participar en el proyecto. “Pude leer uno o dos episodios –cuenta–. Siento cierto pánico en el momento de firmar un proyecto, y en este caso esa era la razón del pánico: ‘Pero bueno, ¿qué pasa?, ¿quién lo hizo?’ Pero en realidad nadie estaba completamente seguro, porque no estaba aún escrito. Es uno de los inconvenientes de la televisión, que me ha hecho abandonar muchos proyectos: no lo sabes todo y si no sabes cómo termina, es muy difícil conectar. Pero con The Undoing el pedigrí era tal que pensé: ‘será mejor que haga esto.’

Con el pedigrí de la serie se refiere Grant a una carta de presentación inigualable. El creador de la trama es David E. Kelley, un conocido y prolífico escritor y productor que tiene entre sus últimos guiones las dos exitosas temporadas de Big Little Lies – también producida por HBO–. La directora es la danesa Susanne Bier, una de las cineastas más reconocidas y sorprendentes gracias a películas como Hermanos, Después de la boda y En un mundo mejor. Y el papel de esposa, en la que recae súbitamente una tormenta de información inesperada sobre su marido, lo interpreta Nicole Kidman.

The Gentlemen (2019) es su segunda película con el director Guy Ritchie después de Operación U.N.C.L.E. (2015).

Trabajar con ella, dice Hugh Grant, “fue increíblemente fácil desde el principio”. Le recordó, dice, a Meryl Streep, con quien había rodado Florence Foster Jenkins. “Ambas parecen no haber ensayado y simplemente encuentran el momento cuando la cámara empieza a rodar. Y nunca son iguales en dos tomas. Están interesadas en actuar con el otro, no solo en hacer su papel, sino en responder a lo que sea que haga el otro. Son cosas que hacen los buenos actores y nadie lo hace mejor que ellas. Así que fue en realidad otra clase magistral, igual que con Meryl”. Ambos, Grant y Kidman, nunca antes habían coincidido en un set de rodaje, aunque sí, quizás se pueda decir así, en un proyecto: ella interpretó a la mala en Paddington y él fue el villano Phoenix Buchanan en Paddington 2.

En Nothing Hill (1999), en la que comparte protagonismo con Julia Roberts.

Quizás sean estos dos proyectos, Florence Foster Jenkins y Paddington 2, en 2016 y 2017 respectivamente, los que marquen el inicio de esta nueva etapa de Hugh Grant, si es que realmente cabe una delimitación tan nítida. De lo que había sucedido en su vida hasta entonces, todos tenemos una idea, quizás no del todo certera. A grandes rasgos: nacido en Londres en 1960, fue durante los estudios de Literatura en Oxford donde comenzó a participar en grupos de teatro como hobby. Pequeñas apariciones aquí y allá culminaron con su primer gran proyecto, Maurice (1987), la adaptación cinematográfica que Javier Ivory hizo de la novela de E. M. Foster.

Pero fue con Cuatro bodas y un funeral (1994) como el mundo conoció a Hugh Grant para caer casi de inmediato rendido a sus pies. Y, acostumbrado a explotar estos fenómenos, Hollywood no desaprovechó la ocasión: su papel de héroe romántico, tan atractivo como tierno para no molestar a nadie, con un sentido del humor amable, se extendió durante años en películas como Sentido y sensibilidad (1995), Mickey ojos azules y Nothing Hill (ambas de 1999), Amor a segunda vista (2002) o Love actually (2003).

Sus apariciones en las primeras dos entregas de Bridget Jones (2001 y 2004), como seductor irresistible pero no tan fiable, sirvieron para apuntar que Grant tenía otros registros, pero otros dos títulos más cuestionables, Letra y música (2007) y ¿Y dónde están los…Morgan?(2009) le empujaron a un relativo declive profesional del que tardaría algunos años en salir. La interpretación de varios personajes en Cloud Atlas (2012), de Tom Twyker y las hermanas Wachowski, y de un espía del M16 en Operación U.N.C.L.E (2015), de Guy Ritchie, le prepararon para volver de nuevo a la primera línea, dejando atrás, probablemente para siempre, a su anterior personaje.

Cuatro bodas y un funeral (1994) dio a conocer a Hugh Grant al mundo entero.

Llegaron entonces Florence Foster Jenkins, Paddington 2 y, en solo dos años, 2019 y 2020, tres trabajos definitivos para apunta- lar esta nueva etapa. Por un lado, la serie Un escándalo muy inglés, en la que interpreta a un parlamentario inglés sobre el que recae la sospecha de ordenar el asesinato de un joven amante para que no revele su relación. Luego, la película The Gentlemen, de nuevo bajo la dirección de Guy Ritchie, en la que encarna a un investigador privado, entre audaz y paté- tico, que pretende extorsionar a una poderosa banda organizada. Y, ahora, The Undoing, la confirmación del proceso.

Dice Hugh Grant que incluso ha vuelto a disfrutar de la actuación, que hubo un tiempo en que solo se divertía cuando, por fin, todo el trabajo realizado “se juntaba y funcionaba”, al constatar el resultado final. “Pero he cambiado un poco y ahora casi puedo disfrutar del proceso. Me he vuelto un poco mejor en eso, un poco más tranquilo, y a veces salgo de un día de rodaje y pienso ‘realmente, creo que lo hemos hecho bastante bien’. Y eso es estupendo”. Si todo eso ocurre bajo la dirección de Susanne Bier, claro, la cosa es más fácil: “Es muy importante tener a alguien arriba que sepa lo que realmente quiere y Susanne definitivamente lo sabe: tiene una gran experiencia y un talento increíble. Y eso ayuda mucho. Pero al mismo tiempo está absolutamente abierta a ideas e improvisaciones, por lo que es una gran combinación. Creo que hemos contado con la crème de la crème de los equipos”.

Celoso de su intimidad –se casó en 2018, sin que trascendiera ninguna imagen, con la productora de televisión sueca Anna Eberstein, tan reservada como él, con la que tiene tres de sus cinco hijos–, recela de las redes sociales y hace unos años se involucró activamente en la lucha para que Rupert Murdoch y su periódico, News of the World, fueran juzgados por haber hackeado los teléfonos de más de 4,000 personas, incluido el suyo, y otras figuras públicas como miembros de la familia real británica, para conseguir información privada que publicar. La indemnización que consiguió la donó a la organización Hacked Off, que trabaja por una prensa “libre y responsable”. Así que, más allá de esta renovada capacidad para la interpretación que el cine nos depara, probablemente nunca llegaremos a conocer del todo al auténtico Hugh Grant.

 

UN PANERISTI MUY INGLÉS

A los entusiastas de Panerai se les conoce como paneristis y Grant es uno de ellos. Su gusto por la firma italiana lo ha llevado a portar sus piezas personales en cintas como Amor a segunda vista donde usa un Panerai Luminor, o en el Diário de Bridget Jones donde porta un Panerai Luminor Marina con brazalete de acero. Es claro que el actor prefiere un reloj donde la hora destaque de manera perfecta y elegante.

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