Darío Yazbek, talento a escena
Subtítulo El actor mexicano Darío Yazbek, imagen de Cartier, protagoniza la nueva edición 77 de la Revista Gentleman México. Hijo y hermano de estrellas, un enamorado del cine y la cultura. Muy comprometido con el arte y la sociedad.

Nos reunimos con Darío previo a su vuelo a Madrid, donde nuevas series y películas le esperan, está en un momento dulce de su carrera. Para la entrevista le proponemos que imagine un espacio donde sentarnos a hablar de cine, “el espacio para tomar un café me encanta, porque te obliga a estar frente a frente, pero me gusta cuando reflexionas mirando al horizonte, a las estrellas, al mar, en un escenario abierto. En una ocasión mi hermano Gael y yo vimos Blade Runner, estuvimos hablando los dos mirando al horizonte sobre lo que nos pareció la película. Por esa razón me encanta el festival de San Sebastián porque sales de una película y está el mar, y todos los debates son frente a él”, —añade— “me gusta desarrollar mi pensamiento crítico hablando con alguien, verbalizarlo, el cine es una experiencia, una vivencia que cada uno la narra a su manera”.

Saco, Ermenegildo Zegna Couture; Reloj, Pasha de Cartier; Anillo, Juste un Clou; Brazalete, Clash; Anillo, Panthère todo de Cartier.

Nos cuenta que le gusta el cine en diferentes versiones, tanto el que te acerca a la realidad como el que te aleja de ella. “Intento ver la película por lo que quiere ser, disfruto la dos visiones, pero el cine por más real que quiera ser, al final siempre es ficción, hasta el mismo documental, con la puesta en escena, partiendo de eso hay muchos matices. Me gusta un tono arriba de la realidad que toque mundos extraños, en el borde, pero creíble”, y subraya: “también me gusta a ve- ces lo grotesco, en el buen sentido, la fantasía, como actor es divertido hacerlo, porque rompes esquemas, que no se pierda la magia”.

Camisa, Ermenegildo Zegna Couture; Pantalón, Adolfo Dominguez; Reloj Pasha de Cartier, anillo Love; Brazalete Juste un Clou; Anillo Ècrou todo de Cartier.

Darío vive un momento de transición, se muda de casa, de ciudad,“es como la resaca de la pandemia, todo se agitó, yo creo que era como una botella de champagne, donde estaba todo contenido y todo salió hacia fuera, ha sido complicado, hay que recuperar hábitos tras la pandemia, como la resiliencia o la meditación. Antes de la pandemia era un no parar, y frenar vino muy bien, ahora hay muchos proyectos, pero hay que buscar el balance. Debo dar todo a las cosas que voy escogiendo”, sentencia.

Recuerda una buena experiencia con Manolo Caro, “el proceso actoral es el que más me gusta, es cuando hay libertad, pero llegar a la libertad no es fácil, porque es fruto del trabajo, del rigor y también de tener confianza en lo que uno hace. Cuando se llega a eso es mágico, Manolo se prepara y luego, lo que venga”. Con Michel Franco vivió un éxito sin precedentes en el Festival de Venecia al obtener el Premio del Jurado, en España, Nuevo orden fue número uno en taquilla. Darío señala con orgullo: “fue muy interesante la cinta, Michel nos dijo: —no sé lo que estamos haciendo pero vamos a crear algo importante—, se acepta que el proceso es de descubrimiento, no como algo enlatado. Eso es magnífico. Las películas tienen vida propia, y te llevan por un camino, tienen alma, y el director tiene que saber leer y dejarse llevar. Hay que saber escuchar”.

Pantalón y suéter, Hermès; Reloj, Pasha de Cartier; Anillo, Juste un Clou; Brazalete, Clash y anillo, Panthère todo de Cartier.

Hijo de la actriz Patricia Bernal y hermano de Gael García Bernal, nos comenta que nunca sintió presión por entrar en la industria. “Ha sido interesante, al principio yo no tenía especial interés y terminé enamorándome del cine, pero somos de generaciones muy distintas, cambiaron las cámaras, las promociones. Ahora todo es diferente y más veloz. Mi hermano lo vivió de una forma y mi madre de otra, es una carrera muy personal”. Le preguntamos si recuerda algún consejo que le dieron, “el más importante, nada en esta industria es personal. Hay que ver las cosas buenas y darlo todo”.

En cuanto a su relación con la firma francesa Cartier, nos confiesa que está muy satisfecho, “mi papá tenía uno y era el tesoro de su vida, se lo regaló mi abuelo, ese acercamiento de la marca hacia mí me gustó mucho. Siempre lo he visto como la cúspide de la elegancia y cada pieza es importante. Sus objetos, sus diseños, siempre me han encantado, los anillos y las pulseras. Creo que compaginar todo eso ha sido muy sencillo y estimulante. Me encanta el Pasha, no lo conocía y me terminó encantando, y el Tank me gusta mucho, las correas de cuero, y cuando pasa el tiempo logra su patina, es único”.

Saco, camisa y pantalón Hérmes; Reloj Tank de Cartier; Anillo Panthère; Brazaletes: Clash y Ècrou todo de Cartier.

Para Yazbek, que durante la sesión se muestra disciplinado, la moda es una tentación. “Me gusta porque te invita a atreverte, a jugar”. Cambia de look para la sesión de Gentleman con mucha facilidad, elegancia y naturalidad, y confiesa, “lo que me vuelve loco es la sastrería, yo he dicho: a los 42 me vestiré de traje todos los días, veo fotos de mi abuelo que se vestía de traje a diario y se ve muy elegante, me encantaría poder lograrlo. Estoy haciendo mi colección de trajes” —y des- taca— “en México hay muy buena sastrería, me encanta”. Tiene muchas inquietudes, y desvela “si no me hubiera empujado el cine, me hubiera gustado mucho dedicarme a la historia, la filosofía o la historia política”. Señala satisfecho, “tengo una maestría en Historia, me gusta mucho leer y aprender cosas, el arte, la cultura, al final del día te ayudan a crecer, eso me encanta. Mi interés de aprender es un motor”.

Saco, Hèrmes; Reloj, Tank de Cartier y anillo, Panthère de Cartier.

Afirma y apunta, “me gusta mucho el arte contemporáneo, tengo un proyecto en Oaxaca, con artistas internacionales. La idea es descentralizar un poco el arte en México, que no sea todo en la CDMX, todos los artistas se vuelven locos por ir Oaxaca y tenemos muchos creadores. El proyecto se llama Hacer Noche, pronto anunciaremos el primer grupo de artistas, es un tema en el que no pensé que me iba a involucrar tanto, pero México tiene los espacios y el ambiente para hacer esto, queremos hacer algo gratuito y accesible”, comparte entusiasmado.

El arte puede ayudar a trasmitir valores de tolerancia e inclusión, “el entendimiento de la sociedad a través del arte es muy valioso como proceso, y es lo que buscamos con Hacer Noche, crear un momento de catarsis accesible, la parte intuitiva de las cosas”. La inquietud de este joven actor no tiene límites, también es un gran lector, “ahora estoy leyendo Los hermanos Karamazov, de Dostoyevski, es mi parte de dedicación a la literatura clásica, los rusos son muy intensos, y hay que leer despacio, pero es fascinante”, comenta. “Tienen mucha filosofía, ese sentido de la humanidad, tan incisivo, tan profundo. Como entienden de manera sencilla cosas complejas”. Cita a otros autores como el japonés Yukio Mishima o el estadounidense Thomas Pynchon.

Saco, Ermenegildo Zegna Couture; Reloj Pasha de Cartier, anillo, Juste un Clou; Brazalete Clash y anillo Panthère todo de Cartier.

Nos ponemos a viajar con la imaginación y le propongo un viaje cuando concluya su próxima película. “Para celebrar la finalización de un día de rodaje me gustaría ir a Japón, tengo muchas ganas de conocerlo, creo que iré cuando termine lo que estoy rodando ahora. El fin de un rodaje es raro, tiene algo de luto, de terminar una etapa y empezar algo nuevo, un duelo porque se pierde contacto, los amigos se van, pero también llega una reflexión sobre lo que acabas de hacer. Vas, te metes, es tu mundo durante unas semanas y te vas, es como romper una relación con todos, es un proceso, y te hace reflexionar sobre tus logros y lo que mejoraste. Piensas, estoy orgulloso y ahora ¿qué voy a hacer? y extrañas ese universo, a los amigos. Por eso los viajes después del rodaje ayudan”, concluye.

Nos despedimos con un brindis, deseando que estos meses de pandemia nos hayan enseñado a ser mejores, “este periodo nos ha ayudado a realizar una reflexión sobre nuestras acciones y el impacto que tienen, mejorar nuestra autocrítica. Desearía que hubiera más rigor en las redes sociales, mucha gente habla y habla, y nadie es responsable de lo que se dice y pueden ser peligrosas para la sociedad”. Darío reflexiona también sobre lo sucedido este año en cuanto a la naturaleza, “creo que nosotros no nos deshacemos del planeta, el planeta es el que se deshace de nosotros, porque la naturaleza y la vida van a seguir. Y no es sustentable la vida que hacemos”, declara rotundo.

DECLARACIÓN DE PODER

Desde su nacimiento en 1985, el reloj Pasha de Cartier ha llamado la atención por los pequeños detalles que lo acompañan, desde su estética que juega con un cuadro dentro de un círculo o una pequeña cadena que protege a la corona, pero eso no es todo. Si se es de vista más aguda, se pueden reconocer los números arábigos y un terminado “Clous de Paris” en su brazalete. Todos estos códigos para deleite de los coleccionistas y entusiastas de la casa francesa, se han retomado para las piezas presentadas este 2021. Para ellos, una espectacular versión de cronógrafo de 41 mm y para ellas, una de 30 mm, con variables en oro amarillo, acero, oro rosa, y su combinación de este último con diamantes que destacan por su sistema intercambiable de brazalete QuickSwitch.

Como mencionamos, la nueva versión de cronógrafo se viste en dos versiones: oro amarillo o acero, ambos con cabujón de zafiro, además de un confiable Calibre 1904-CH MC de carga automática que ofrece una reserva de marcha de 47 horas. Sin duda, Pasha de Cartier, más allá de ser sólo un reloj, es una declaración de fuerza y poder como las actuaciones que deja a su paso su embajador en México, Darío Yazbek.